Recordemos que….para comulgar se precisa estar en Gracia de Dios, ésto es, sin pecado grave en la conciencia y guardar ayuno.
Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.(Corintios 11, 27-29).
Santa Teresa de Jesús recomendaba: Cuando no podáis comulgar ni oír misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho
En la preciosa Encíclica de San Juan Pablo II sobre la Iglesia y la Eucaristía, en su nº 36c, dejó clara la enseñanza de la Iglesia, expuesta en el Catecismo, en el Código de Derecho Canónico, concretándo la exhortación del apóstol Pablo, al afirmar que para recibir dignamente la Eucaristía debe preceder la confesión de los pecados, cuando uno es consciente de pecado mortal.
Si no es posible acercárnos a comulgar por estar en alguna de estas circunstancias, realicemos la Comunión Espiritual mediante esta oración que transcribímos en la imágen, ya que, como decía San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars:
Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual.